sábado, 30 de julio de 2011

Sí, al fin: Vuelvo a la practicidad!

No hay nada mejor en el mundo que ser una persona práctica.
Afuera pensamientos, afuera razonamientos, afuera el pensar y repensar...
Sí a la practicidad.

Una persona práctica equivalen a 10 personas que piensan mucho.
Que chistoso estoy eh jajaja.

¿Para qué pensar tanto? ¿Y repensar y re-repensar?... ¿Con qué fin? ¿Se gana algo?
Respuesta: NO

Mejor no pensar dos veces todo, mejor hacer. Es mejor la acción a la reflexión (en muchos casos, no todos).

Me encanta cuando vuelvo a este estado de ser práctico. Se me había extendido demasiado este período de pensar todo. (Bueno, tampoco todo. No soy un pelotudo que antes de respirar lo piensa... Tampoco para tanto).
Tengo períodos que pueden ser muuuy diversos, muuy diferentes.
Ahora ha vuelto la persona práctica que tanto amo y que generalmente aparece en los ensayos y, por sobre todo, en las funciones. Esos momentos únicos que hay ciento veinte mil (120.000) de tareas, problemas, inconvenientes, cosas de último momento URGENTES, que no pueden esperar. Y que uno tiene que estar ahí, dispuesto a escuchar y atender todos los problemas. Lamentablemente uno también está a mil y no puede dedicarle el tiempo que uno quisiera a ciertas cosas... Pero bueno. Es lo que hay. Por suerte, uno puede escuchar (por unos minisegundos) casi todas las dudas/inconvenientes/etc.../etc...).
Por eso digo que los días de función es ESENCIAL ser práctico y poder resolver todo en menos de 1 segundo.

¡Aguante la practicidad! Pensar todo 2 veces me aburre. A veces está bueno, pero que me pase por un tiempo prolongado: me Aburre.

¡Gracias a Dios (Universo), volvió esta parte práctica mía!

¡A disfrutar pues, entonces!

No hay comentarios:

Publicar un comentario